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Director
Reparto
Sinopsis
En los años 50, Werner Herzog compartía piso con Klaus Kinski, un diabólico ególatra. Kinski padecía repentinos e injustificables arrebatos de ira o locura, durante los cuales podía llegar a destrozar el mobiliario del apartamento. La terrible personalidad de Klaus fascinó a Werner y entre ambos nació una estrecha amistad que se fue al garete durante el rodaje de la película “Aguirre, la cólera de Dios”.

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Herzog nos cuenta sobre sus anécdotas junto a Kinski durante los diferentes rodajes. Se rescata la polémica personalidad del actor, su incansable despliegue, sus cuestionados enojos que lo desnudaron como a un ser irracional, pero que a la hora de actuar, mostró ser un enorme artista. Creo que Herzog siempre vió en él esa gran capacidad actoral, y con su paciencia , supo sacarlo adelante en cada película. Toda persona que le guste el cine, debe ver este documental.